Comida ultrarrápida

1992
Tipo de publicación: Artículo, Publicidad
Índice A-Z: Ahorro de tiempo, Alimentos ultraprocesados, Comida chatarra, Comida rápida, Tecnología

Las barritas energéticas se inventaron cinco años antes de la publicación de este anuncio de Nestlé, cuando se lanzó en California (EEUU) la PowerBar, destinada para dar energía suplementaria a los deportistas. El concepto es muy antiguo, se trata de alimentos concentrados de larga duración para cuando no es fácil conseguir comida fresca o no hay tiempo para buscarla, como el pemmican, el charqui o incluso tal vez el turrón. A partir de su origen deportista, las barritas energéticas diversificaron su empleo, desembocando una rama en las dietas de adelgazamiento y otra en la comida rápida para trabajadores, especialmente de oficina. Su concepto original de alimento ahorrador de tiempo (cuando se viajaba, por ejemplo, y no había tiempo para aderezar comida en condiciones) se insertó perfectamente en la cultura del «acelerado ritmo de la vida moderna». A mediados de la década de 1990, informes llegados de los Estados Unidos (ver abajo) mostraron que muchos oficinistas ya ni siquiera tenían veinte minutos para comprar y comer una hamburguesa, sino que se apañaban en dos minutos comiendo barritas energéticas sin levantarse de su puesto de trabajo. Esta pauta se trasladó a España. Las barritas son un resumen compacto de los cinco grandes ingredientes de la comida rápida o comida chatarra: azúcar, cereales, lácteos, soja y aceite de palma). Una vuelta de tuerca se dio hacia 2010 cuando se popularizaron recetas de barritas caseras, muchas veces veganas e integrales.

Nuevo Estilo, julio de 1992