Este reportaje de Luis Guijarro desgrana los perjuicios del automóvil, que en 1995 ya era el medio de transporte generalizado. A partir de la contaminación del aire y de su contribución al cambio climático, se detallan toda una serie de problemas en relación con el espacio ocupado y su merma de los recursos naturales planetarios.
Algunos datos:
Con información del MOPTMA (Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente), solo en España, la fabricación de automóviles genera algo más del 11% del total de residuos industriales, muchos de ellos potencial o realmente tóxicos y peligrosos.
Fabricar un utilitario de 850 kilos requiere dos toneladas de petróleo, así como cantidades importantes de acero, aluminio, caucho, pinturas, vidrio, plásticos y textiles. (Nota en 2024: Estas cifras deberían ser multiplicadas por dos en la actualidad, teniendo en cuenta el creciente tamaño medio de los coches).
Un efecto colateral de la fabricación de coches es la emisión de CFCs destructores de la capa de ozono, luego sustituidos por HFCs (HFC-134a), potentes gases de efecto invernadero.
El espacio ocupado por calles, carreteras y aparcamientos se estima en 29.000 km2 en la UE. Es aproximadamente la superficie de Bélgica. A su vez, esta infraestructura dedicada al coche requiere gran cantidad de materiales y petróleo.
Esta máquina fabricada por millones de unidades ocupa ciudades que nunca fueron diseñadas para esta invasión. Se anota una incipiente respuesta: «…ideas como la del ayuntamiento de Toledo –que quiere cerrar el casco urbano al tráfico– parece que se empezarán a tomar muy en serio». En 2024 se informó de la creación de una ZBE (Zona de bajas Emisiones, que implica restricciones al tráfico) en el Casco histórico de la ciudad.
La DGT proporciona el dato de casi 15 años como media de vida útil o activa del automóvil, con más datos acerca de un tema controvertido, la antiguedad del parque y la necesidad de actualizarlo (el 45% tenía entre 22 y 8 años de antigüedad).
La lista de los problemas ambientales y derivados de los 13 millones de turismos que circulaban por la red de calles y carreteras continúa con una serie de datos cuantificados de emisiones contaminantes en 1990: 51 millones de tm de CO2, 531.000 tm de óxidos de nitrógeno y 3.000 tm de plomo, entre otros contaminantes.En conjunto, el automóvil se revela como el contribuyente númnero uno a la contaminación atmosférica.
Otros vectores de contaminación del coche son los líquidos (como el líquido de frenos o el ácido de la batería). Y especialmente el aceite lubricante, cuya emisión se estimaba en 250.000 toneladas al año (dato publicado en 1993), la mayoría de las cuales se canalizan ilegalmente, principalmente como combustible para la industria del cemento, lo que a su vez provoca la emisión a la atmósfera de compuestos tóxicos como los PCBs.
En cuanto a residuos sólidos, destacan los neumáticos usados, un tipo de residuo extraordinariamente engorroso por su durabilidad y forma, capaz de estropear cualquier ecosistema y paisaje. El total de neumáticos desechados al año se estima en 277.000 tm al año. En el mejor de los casos, se trituran y entierran, no existía ninguna iniciativa de reciclaje.
El ruido es otro contaminante asociado estrechamente al automóvil, con un 80% del ruido urbano achacable al tráfico.
Por fin le llega su turno al vehículo mismo de ser achatarrado, en desguaces que procesan al año unas 900.000 tm al año de chatarra, férrica en un 70% y el resto más difícil de reutilizar. Un plan Renove oficial ayuda a que la máquina automovilística y su cortejo de impactos siga en marcha.
Biosfera (suplemento de Diario 16), 23 de febrero de 1995